Adictos a los juego de apuestas reciben ayuda espiritual en China

Adicto al juego de apuestas

Los centros de juegos de apuestas en Macau, se han convertido en uno de los pasatiempos favoritos de chinos y extranjeros, que ha generado también, un gran problema de adicción entre los jugadores.

Aunque técnicamente Macau es parte de China, tiene leyes diferentes. Las apuestas, por ejemplo, son prohibidas en China, pero los casinos de Macau producen el setenta por ciento de ingresos bruto nacional.

El casino ha generado un gran impulso económico en Macau, llegando a mover más dinero por casinos que Las Vegas. Esta situación ha desencadenado en un problema de adicción al juego, que ha provocado la destrucción de muchas familias.

Para lidiar con esta problemática se fundó la Fraternidad Evangelística Industrial de Macau. Una organización que se ha dedicado a ayudar a personas que se vuelven adictas al juego.

El centro es dirigido por el pastor Jimmy Tan, quien dice que a los jugadores compulsivos se les dificulta evadir los casinos. “Los jugadores problemáticos, una vez que pierden dinero, no pueden dormir hasta revertir su pérdida”, asegura.

Desde que inició la organización hace cuatro años, el pastor Tan ha ministrado a más de mil adictos a las apuestas. Él tiene experiencia personal en este asunto pues varios miembros de su familia también son adictos.

Adictos jugando el casino

Muchos ex adictos dependen del centro para ayudarles a evadir su pasado estilo de vida: “Muchos jugadores que vienen a nuestro centro, deben enfrentar muchas tentaciones. Enfrentan mucha influencia de sus amigos”, comenta Tan.

Algunos exjugadores y sus familias han encontrado apoyo adicional en la iglesia evangélica de Macau. En sólo ocho años la congregación ha crecido de veinte a tres mil miembros, dos mil de ellos, estudiantes.

Muchos de ellos pasan sus tardes de domingo distribuyendo material cristiano tales como la película Jesús, una Biblia y tratados a las masas que esperan el bus para ir al casino.

Algunos que leen estos materiales conocen testimonios, como es el caso de Chu, un exjugador compulsivo, que ahora sirve en la iglesia ayudando a adictos y a sus familias.

“Yo ayudo a los jugadores dándoles bases firmes en la fe, porque sólo la fe cristiana puede ayudar a la gente a cambiar”. AcontecerCristiano.Net
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