Angela Tomiye, quien desde hace 18 meses sintió la dirección de Dios para este asunto. "Todos necesita una oración, pero no todo el mundo está dispuesto a entrar a una iglesia para recibirla", dijo.
Construyó una caja de madera y subió a la cima de la montaña Koko Head en Honolulu, Hawai, dejó la caja con unos pedazos de papel y unos cuantos lápices, sin ninguna instrucción, solo le puso el nombre de “caja de oración”.
Después de dos semanas, regresó al lugar y para su sorpresa encontró la caja llena de peticiones de oración. Desde entonces vuelve en el mismo tiempo para sacar las peticiones y orar por ellas con un grupo de amigos.
"No fue un experimento, fue sólo un acto de obediencia y las ganas de seguir adelante con lo que Dios me pedía. Después de ver el derramamiento de peticiones de oración, esto fue la confirmación de lo que sentía hacer", dijo Angela.
Las peticiones que la gente deja varían enormemente, pero muchos piden por sanidad, por la familia, por amigos, felicidad y amor. Esto ha hecho reflexionar a Tomiye sobre la manera en que vivimos. "Ver tantas solicitudes pidiendo por felicidad, me hace pensar que hay mucha gente que no se siente completamente viva en lo que están haciendo", dice.
"Espero que esta caja de oración sea un medio para conectar a las personas con Jesús, una forma de hacerles ver el amor de su creador", concluye.
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