Con más de un millón de seguidores, Christina Baker ha testificado de cómo superó la autolesión y el trauma emocional a través del Evangelio. "Sentí que Dios estaba rompiendo estas cadenas una a una”, dijo.
Baker se convirtió en una estrella de TikTok en Estados Unidos con sus breves videos de oración de 60 segundos, pero lo que muchos desconocen, es que la influencer, con un millón de seguidores, afrontó numerosas dificultades antes de convertirse en una bendición para su audiencia, y fue rescatada por Dios de una oscura vida de drogadicción.
Recientemente reveló su poderoso testimonio en el libro "Esperanza en 60 segundos: Encontrando al Dios de lo imposible".
"Viví la experiencia de la indigencia a los 15 años", declaró a Fox News la usuaria de TikTok de 37 años. "Vivía en una tienda de campaña en la playa con mi padre. Luché contra la drogadicción. Nunca pensé que podría dejar de beber. Me arrestaron por posesión de drogas. Pero creo que en el fondo de cada corazón hay algo que anhela tener esperanza".
La separación de sus padres en su infancia le provocó a Cristina un inmenso dolor emocional. En la adolescencia, comenzó a autolesionarse y también sufrió abusos por parte de su padrastro.
"Me autolesionaba para enmascarar el dolor que sentía", dijo Baker.
Incapaces de lidiar con la problemática adolescente en la que se había convertido, su madre y su padrastro la enviaron a vivir con su padre.
Cristina viajó desde Bolivia a Hawái, donde su familia creía que vivía su padre en ese momento.
"No había visto a mi padre en casi 10 años", dijo. "Llegué al aeropuerto con una guitarra eléctrica a la espalda y una mochila con toda mi vida. Pasaron seis horas y mi padre apareció. Me subí a su camioneta, él me miró y me dijo: 'Necesito contarte algo, no tengo hogar'" .
A los 15 años, Baker vivía con su padre en una tienda de campaña en la playa. Un año después, se mudó a Estados Unidos para vivir con sus tíos.
De casa en casa, ningún miembro de la familia sabía cómo lidiar con la adolescente hasta que una pareja cristiana escuchó su historia y decidió ayudarla, brindándole refugio y amor.
"Me llevaban a la iglesia semana tras semana", recordó. "No tenía ni idea de que Dios estaba empezando a sembrar esas pequeñas semillas en mi corazón. Su intención no era convertirme en cristiana. Su intención era asegurarse de que experimentara el amor".
Sin embargo, al crecer, Cristina se sumergió en las drogas , buscando anestesiar su dolor. "Empecé a consumir éxtasis y drogas muy duras. Estuve a punto de sufrir una sobredosis y de perder la vida muchísimas veces", reveló.
A los 24 años, la joven conoció a un pastor en su lugar de trabajo, quien la invitó a una reunión de oración que le cambió la vida.
"Recuerdo entrar en la habitación y de repente la gente empezó a ponerme las manos en los hombros. Me pareció extraño. Desde luego, nunca antes había experimentado algo así. Entonces el pastor me leyó un pasaje de la Biblia y me preguntó: "¿Te gustaría recibir al Señor en tu corazón?"", relató Baker.
Conmovida por el Espíritu, la joven recibió al Señor. "En ese momento, fue como si me quitaran de encima el peso que había cargado durante más de veinte años de mi vida. Me sentí libre", testificó.
Con el deseo de experimentar un cambio en su vida, Cristina emprendió un proceso de liberación con Cristo, superó su adicción a las drogas y sanó emocionalmente. "Sentí que Dios estaba rompiendo las cadenas una a una", dijo.
“Estaba perdida. Pasé la mayor parte de mi vida haciéndome cosas horribles a mí misma. Huía de mi dolor. Ahora, quería vivir el resto de mis días contándole a la gente lo que Dios había hecho por mí y cómo sanó mi corazón”.
Hoy, esto es lo que Cristina está haciendo en sus redes sociales: dar testimonio del poder transformador del Evangelio.
“El Señor entró en mi vida y me liberó. Ahora, solo quiero compartir esto con la gente. He encontrado mi camino”, concluyó.
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