10 millones de personas visitaron el muro occidental el año pasado. Muchos de ellos colocaron sus peticiones entre las rocas.
“Este muro es muy famoso, pues los judíos vienen, oran y ponen peticiones escritas a Dios, esta es una tradición de miles de años”, dice Avi Hochman, del Servicio Postal de Israel.
Se trata del muro de la Plaza del Segundo Templo, de hace 2.000 años.
Cuando el rey Salomón dedicó el primer templo, Dios dijo que sus ojos y su corazón siempre estarían ahí.
Por eso, tradicionalmente los judíos y personas de otros credos ponen sus oraciones en el muro. Si no pueden hacer el viaje, envían peticiones por correo.
Pero, ¿qué pasa cuando las grietas se llenan?.
Dos veces al año se quitan las oraciones escritas dejadas entre las rocas.
El rabino Samuel Rabinovich, explica que nadie lee esos papeles porque son notas entre el hombre y su creador. Obreros sacan las notas, las ponen en bolsas y luego las entierran en el cementerio del Monte de los Olivos.
Según la práctica religiosa judía, es prohibido destruir cualquier cosa con el nombre de Dios escrito.
Significa que esos papeles con oraciones son tratados con el mismo respeto que los Rollos de la Torá o los libros religiosos. AcontecerCristiano.Net
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