"Necesitamos clamar a Dios por ayuda", dice Franklin Graham en evento de oración

Franklin Graham orando

Miles de personas participaron en la jornada dedicada a la oración y ayuno por Estados Unidos, convocada por el evangelista Franklin Graham en Washington.

El monumento a Lincoln fue escenario de otro día de clamor a Dios, que reunió a cristianos de diferentes partes de Estados Unidos, tras el llamado que hizo el Franklin Graham para orar por el país en un "momento crítico".

La multitud adoró a Dios y oraron por un avivamiento en el país, por la aprobación de Amy Coney Barrett como jueza de la Corte Suprema y contra las leyes que facilitan el aborto.

Graham pidió a la nación que orara por el resultado de las elecciones del domingo: "Nuestra nación se encuentra en una coyuntura crítica, necesitamos clamar a Dios por su ayuda".

El evento atrajo a miles de personas en una gran respuesta a la convocatoria realizada por las redes sociales.

El presidente y director ejecutivo de la Asociación Evangelística Billy Graham pidió a los estadounidenses que oren tanto por "la dirección del país" como por el resultado de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre.

“Hoy, nuestra nación se encuentra en un momento crítico. Necesitamos clamar a Dios por su ayuda, su intervención y su misericordia. Es sólo por sus manos que Estados Unidos sobrevivirá y podrá prosperar nuevamente”, dijo Graham en su mensaje público.

El evangelista también llevó su mensaje a Twitter, pidiendo a sus 2,4 millones de seguidores que "miraran a través del lente de la palabra de Dios a la hora de votar".

Graham dirigió una marcha de oración el mes pasado en Washington, DC, donde miles de guerreros de oración asistieron para bendecir a EE.UU.

La oración es nuestra arma más importante. Nos permite ir directamente al Rey de Reyes, estar de pie ante el trono de la gracia y dar a conocer nuestras peticiones directamente a Dios”, dijo Graham.

Este año se llevaron a cabo varios eventos de adoración en todo el país en varios lugares, todos con el mismo propósito: devolver a Estados Unidos a su primer amor y arrepentirse ante un Dios santo.

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