En la reunión anual de Navidad en el Vaticano, Francisco criticó a los sacerdotes, obispos y cardenales que dirigen la Curia, el gobierno central de la Iglesia Católica Romana, que la ambición, las intrigas y la codicia les habían infectado con "Alzheimer espiritual", según informa Reuters.
Francisco, el primer Papa no europeo en 1.300 años, se ha negado a los lujos en la oficina y dejó claro su determinación de llevar la jerarquía de la Iglesia más cercana a los 1,2 mil millones de miembros.
Para ese fin, se ha propuesto reformar la Curia, dominado por italianos, cuyas luchas de poder fueron responsables de la decisión de Benedicto XVI el año pasado, de dimitir en sus funciones.
"La Curia tiene que cambiar, mejorar... una curia que no se critique a sí mismo, si no trata de mejorar, es un cuerpo enfermo", dijo en un discurso sombrío.
Francisco dijo que algunos miembros de la Curia actúan como si fueran "inmortales, inmunes o incluso indispensables", una aparente referencia a los cardenales jubilados que permanecen en el Vaticano y continúan ejerciendo influencia.
Dijo que muchos de ellos sufrían de "rivalidad y vanagloria"; protegían a los superiores favoreciendo a los subordinados, adulando en los jefes para promover carreras; otros alimentaban con rumores a los medios de comunicación con información falsa. AcontecerCristiano.Net
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